quijotescas (1)

Mediante la presente reflexiono quijotescamente sobre formas de coordinación y formación de poderes populares. Comienzo exponiendo mi visión sobre los modelos de coordinación estudiados en las economías experiementales para después ofrecer una serie de propuestas.  También hablaré del encaje que en todo esto puede tener Postone y su 'Tiempo, trabajo y dominación social'.
El libro que más me ha afectado últimamente ha sido 'Tiempo, Trabajo y Dominación Social', quizás debido a mi analfabetismo marxista. Me se las letras, escribir algunas palabras, pero no soy capaz de escribir en marxista. Cuando estudié económicas al pensamiento de Marx le dedicamos unas semanas en una asignatura llamada 'Historia del pensamiento económico'. Y nunca más. El resto fueron todo instrumentos neoclásicos o herramientas analíticas para aplicar conceptos neoclásicos; nos metieron mucha caña con la Estadística y la Econometría; llegué a tener una buena base, creo, aunque mis notas nunca fueron buenas. Siempre fui más de micro que de macro, cuando estudiamos Arrow y elección social me gustó entender el teorema, que ahora no recuerdo.

Supongo que me interesa la behavioral y la experimental porque tienen que ver con la micro y suponen la generación de nuevos espacios para reformulaciones críticas: Qué clase de sujeto se contruye a través de la economía, qué es dejado fuera a través de esa construcción, cuáles son los límites de los procesos de mercado. Y me interesa la forma en que los distintos trabajos que se realizan dibujan una complementariedad... estoy pensando en ostrom y V. Smith, por ejemplo. Cuando el estudia los proceoss de formación de precios en el mercado a través de distintos tipos de negociación y de estructuras de los juegos se observa cómo no es necesaria info completa, ni si quiera la maximización consciente por parte de los implicados en el juego. En los trabajos de Ostrom sucede algo similar para el concurso cooperativo de los agentes. Un poco de negociación y face-to-face traslada la conducta colectiva a un estadio que teóricamente no es posible que sea alcanzado. El primero parece tratar aquellas situaciones en las que el mercado de agentes (de racionalidad limitada y no siempre conscientes) egoístas logran óptimos; en Ostrom los agentes resuelven problemas colectivos mediante la confianza.
Existe mucha inteligencia en la forma de tratar los probelmas de coordinación en ambos economistas pero también un elemento de idiotez, permítaseme decirlo así. De algo que es igual a sí mismo: el valor. No se cuentiona la valoración arrojada por el mercado. Sé que no es objeto del estudio de ninguno de ellos; tampoco de la banda agrupada en torno a Kahneman & Tversky. El valor es de raiz subjetiva y la interacción de los agentes proporciona una especie de valoración conjunta en la que pesan las dotaciones iniciales y las preferencias. Pero en torno a esos dos polos, acción individual y acción colectiva, se genera un problema, un divorcio entre los resultados de producción que nos son presentados a través del concurso de los mercados y otra trama de resultados que de la que no somos conscientes.
Los que confían en los procesos generados a través de las valoraciones privadas de los agentes tienden a buscar distintas vías de solución, cada una complementaria a la anterior, como en una rutina algorítmica que va aproximando un resultado aplicando de forma sucesiva distintas técnicas. En primer lugar lo más deseable: creación de mercados que generen precios ambientales. En segundo lugar regulaciones que limiten. En tercero incentivos tendentes a. La alternativa de Ostrom consiste en algo similar: existen recursos que por su naturaleza son no excluyentes (no funciona la primera de las alternativas sugeridas anteriormente) pero son las instituciones de acción colectiva las que pueden jugar aquí un papel.
Los problemas que le veo: por una parte existe un problema de tendencia en el capitalismo... tendencia a la generación del mayor volumen de negocio posible... a ocupar cuanto más mejor. Esa tendencia lo es a costa de los parches que se intentan poner: si existe un mercado para la emisión de carbono, que intenta limitarlo, su emisión a un precio más barato se convierte en un fin en sí mismo. Y se buscarán las formas de hacerlo así: emitir 50 pagando por 40, o emitir en otro país sin control, o utilizar otros recursos aparentemente no contaminantes pero que en realidad sí lo son, etc. Además el problema no es sólo la emisión: nos conducimos como si el único problema fuera el cambio climático, cuando el agotamiento de los recursos es otro problema si vivies en un sistema que vive de esa intesidad de los consumos.
Y en segundo lugar el problema de la idiotez. En esos problemas, experimentos sobre la optimalidad de la acción individual y colectiva, la valoración es siempre la que es, la óptima. Pero cuando la dinámica anteriormente descrita está en marcha el sistema de valoración tiene cuando menos un par de problemas: es aquel que logra ser impuesto por la parte que tiene más poder. Imponer un precio mediante el desplazamiento de los costes, la manipulación de los deseos y necesidades, la obsolescencia programada, etc etc, es una temática más vieja que el mundo. Los economistas experimentales nos dicen que sí, que son imperfecciones del mercado, pero que si tendemos a mercados más libres y con sistemas de info más completos y simétricos esos problemas tenderán a disiparse. (Instituciones mejor diseñadas) Pero todos sabemos que la tendencia no es esa. La única tendencia que no nos lleva al desastre implica alguna clase de decrecimiento: poblacional o de consumo, o seguramente ambos.
El segundo problema en cuanto a la valoración que hace idiotas los juegos experimentales es la conducta respecto del valor. Y este es el punto en el que me gustan algunas cosas de los K&T, dado que sus resultados ponen de relieve precisamente eso: la valoración individual subjetiva es algo que debe ser puesto entre comillas. por mucho que disguste a los V. Smith et al las pasiones, los marcos y la forma de presentación de los problemas, etc, desplazan las decisiones tomadas de aquellas decisiones que serían las razonables. Pero creo que habría que cuestionar el propio valor como algo traducible en términos de riqueza. La relación entre valor y riqueza es histórica. Y aquí entra Postone y su lectura de Marx, en la que espero extenderme próximamente. 
Resumiendo: la valoracion conjunta (representada por el encuentro de la oferta y la demanda) realizada mediante el concurso de los mercados no coincide con aquello que es riqueza, genera dinámicas de ocultación de los costes y de explotación humana.
Al mismo tiempo genera grandes productividades; el sistema de valoración mediante los mercados genera una coordinación masiva (mano invisible) que ha posibilitado la especialización y el avance científico, la producción y el consumo de masas. Las alternativas propuestas por muchos sectores de izquierda deberían ser conscientes de la propia dependencia social del sistema económico y de las graves consecuencias humanas que generaría ser demasiado radicales en alguna de las alternativas propuestas. El gran salto adelante es posible realizarlo de nuevo, evidentmente, pero es necesario ser consciente del coste. La iniciativa privada sí cumple un papel, la propiedad privada idem, en la generación de riqueza a través de procesos de valoración privada, de asignación de responsabilidades, etc. Lo que propongo, lo he hecho en pasados posts, es la generación de un contrapoder, o no sé bien como llamarlo... una contratendencia basada en la capacidad humana para trabajar de forma colectiva movida por un propósito altruísta. Se trata de mantener básicamente igual las formas de dirección de la producción, con sistemas de control suficientes para determinado tipo de industrias sujetas a políticas de interés común (telecomunicaciones y nuevas tecnologías, energía y transportes, sanidad, educación... las típicas), y el control del consumo mediante generación de dinámicas de participación colectiva.

Comentarios

Entradas populares de este blog

The Green Night: do verde e o vermello.

BAD HABITS

catástrofe y trauma